La fuerte irrupción de los grupos de ultraderecha, varios se enfrentan a un nuevo escenario

Cuotas de reparto

En el año 2015, cerca de 28 países adscritos a la Unión Europea se comprometían a reubicar a 160.000 solicitantes desde Grecia en 24 meses, pese al rechazo de gran parte de los países de Europa del Este como Polonia, Hungría y República Checa. Ayuda que se ha sumado a la puesta en marcha de un programa de cooperación estructurada permanente a lo que han adherido 25 Estados Miembros para la cooperación en el ámbito militar.

Los refugiados, que, mayoritariamente emigran de los países convulsionados por las guerras y el tráfico de personas, buscan una nueva oportunidad en el Viejo Continente. Pero esta problemática tiene dividida a Europa y es por esto que los grupos de ultraderecha renacen desde las cenizas políticas donde mantienen en alerta al resto del continente.

Desde países como Polonia -que recientemente sufrió la aplicación del “botón nuclear” por sus reformas sociales-; Alemania, donde el ex partido Nazi logró el tercer lugar en cantidad de votos; Italia que sufre a diario el desembarco de miles de refugiados, donde, en algunas localidades del sur, los partidos ultra están ganando cada vez más terreno.

Para la Canciller austríaca, Christian Kern, la situación de los refugiados “es incomprensible para nosotros, pues la Unión Europea consiste en que aprovechamos juntos las ventajas y nos repartamos la carga. No puede ser que uno no colabore cuando no le gusta la carga, la cooperación conjunta no puede funcionar así”.

El alejamiento de Estados Unidos

“Estados Unidos está orgulloso de su herencia migratoria y de nuestro duradero liderazgo moral al dar apoyo a los migrantes y a los refugiados en todo el mundo… Pero nuestras decisiones en política migratoria deben ser tomadas siempre por estadounidenses y sólo por estadounidenses”, expresó Nikki Haley, en referencia a que Estados Unidos se retiraba del pacto de la ONU sobre la protección de migrantes y refugiados, por considerar que la política migratoria estaba “sólo” en manos de ellos.

Palabras que cayeron mal dentro de los líderes europeos debido a que Estados Unidos pertenece al pacto, desde el año 2016, que se realizó bajo el mandato del ex presidente Barack Obama. Pero ha sido el mismo Trump quien ha puesto en jaque al resto del Viejo Continente debido a que la prioridad del mandatario estadounidense es focalizarse en prohibir la entrada a una parte de los países musulmanes, funcionarios de Corea del Norte y del gobierno de Venezuela. Es decir, quienes representen un “posible peligro” para su país.

Latin American Post | Gonzalo Silva

Copy edited by Susana Cicchetto