AMÉRICAS

América Latina: ¿exitosa al combatir el trabajo infantil?

Diferentes países latinoamericanos se han esforzado por erradicar la explotación de niños y niñas

América Latina: ¿exitosa al combatir el trabajo infantil?

En el mundo se estima que casi 200 millones de niños se ven obligados por condiciones económicas o culturales a trabajar. Gran parte de estos viven en países latinoamericanos como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala y Honduras. Sin embargo, un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), reveló que América Latina ha logrado disminuir en un gran porcentaje el trabajo infantil en los últimos 15 años.

México parece estar liderando la reducción de esta problemática social. En el 2000, más de 20 millones de niños trabajaban de manera ilegal en las calles o campos del país Azteca, pero para 2016, la cifra se redujo a 10 millones. Aunque la disminución se convierte en una muy buena noticia para Latinoamérica, gobiernos y organizaciones aún tienen un arduo camino por recorrer para erradicar el trabajo infantil ilegal por completo.

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Para acabar con el trabajo infantil se debe atacar de manera simultánea la pobreza, porque donde hay carencias económicas críticas hay niños explotados o laborando en condiciones de riesgo, siendo privados de sus derechos fundamentales mediante acciones que frustran su desarrollo íntegro y natural. Es por ello que hace ya algunos años, la OIT se puso como meta eliminar por completo el trabajo infantil, para cumplir dicho propósito puso como meta el año 2020.

Pese a la incansable labor conjunta entre naciones y ONGs, el objetivo no parece que vaya a poder cumplirse para la fecha pactada, puesto que a pocos meses de terminar 2017, aún hay más de 150 millones de niños trabajando en el mundo y más de la mitad de ellos lo hacen en condiciones de riesgo.

¿En qué ‘trabajan’ los menores?

De acuerdo a estudios de organizaciones no gubernamentales, los menores que se ven forzados a trabajar lo hacen principalmente en el sector agrícola, pecuario y la venta informal de productos en las calles. Sin embargo en países como Ecuador y Uruguay es común que los niños sean vinculados al tráfico de drogas en donde laboran transportando o vendiendo sustancias psicoactivas. En Colombia, el trabajo infantil se traduce en explotación sexual, donde es usual el desmantelamiento de redes de tráfico de personas en las cuales centenares de niñas ‘trabajan’ en la producción de pornografía y prostitución en contra de su voluntad o muchas veces por consentimiento propio.

Estas tendencias ponen en relieve la enorme brecha social que aún se ve en algunos países de América Latina. Es por ello que, como opina la OIT, la sociedad debe tomar acción para poder hacer intervenciones articulada que permita cambiar la condición de vida de los sectores más vulnerables y otorgar oportunidades educativas a la población que no puede acceder a una formación digna.

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Algunos países como México cuentan con reformas laborales que penalizan el trabajo infantil. En el caso de éste, se castiga con cárcel al adulto que decida ‘emplear’ a menores de 15 años. No obstante, lugares como Bolivia parecen estar aún muy lejos de poner frente a la problemática, pues allí la legislación permite que niños de tan solo 10 años puedan trabajar en algunas condiciones.

La cantidad de niños trabajando en el mundo continúa siendo tan alta que representa un gran reto para la OIT encontrar soluciones definitivas para este problema. Aunque las estrategias utilizadas no han sido tan rápidas en la reducción de tal situación, sí se convierten en un caso de éxito que lucha por la protección de los derechos de los menores. Del año 2000 al 2016 se logró reducir en un 40% el trabajo infantil en el mundo, ahora países y organizaciones continúan derribando barreras para rescatar al porcentaje restante y evitar que nuevas generaciones sean víctimas de la explotación, el trabajo de alto riesgo, el tráfico humano y sexual.

 

Latin American Post | Krishna Jaramillo

Copy edited by Laura Rocha Rueda

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