Medio ambiente

América Latina: la región más peligrosa para los ambientalistas

La mayoría de los asesinatos suceden en  bosques o pueblos lejanos dominados por la ilegalidad y falta de presencia del Estado

América Latina: la región más peligrosa para los ambientalistas

Según datos de la organización Global Witness , con 20 años a cargo de campañas pioneras contra los conflictos y la corrupción relacionados con los recursos naturales , cada semana asesinan a un promedio de cuatro ambientalistas en el mundo. En 2016, la misma organización contabilizó 200 muertes entre las que habían guardias forestales, defensores ecologistas y dirigentes indígenas que procuraban defender sus tierras; el 60% de las mismas sucedió en América Latina. Los sectores más involucrados fueron la minería y el petróleo, seguido por la tala ilegal de árboles y finalmente la agricultura.

En tanto, en el primer semestre del 2017 se registraron 98 asesinatos. La cifra podría alcanzar e incluso  superar  los registros del 2016 .

En este caso, los  sectores involucrados son el agropecuario quien se disputa el primer puesto con la minería para convertirse el sector más peligroso para los ambientalistas.

Algunos casos a tener en cuenta

La mayoría de los asesinatos de ambientalistas suceden en  bosques o pueblos lejanos dominados por la ilegalidad y falta de presencia del Estado. Normalmente, estos lugares tienen una economía que gira en torno a las explotaciones mineras, las talas ilegales y la industria agropecuaria.

Isidro Baldenegro fue un líder Tarahumara mexicano al que, en el año 2005, le fue concedido el  galardón Goldman Environmental Prize, un reconocimiento que les otorgan a quienes se destacan por su  trabajo en defensa de la naturaleza y el medioambiente. Baldenegro luchó por defender el antiguo  bosque comunal de Coloradas de la Virgen contra poderosos intereses comerciales aliados con narcotraficantes y madereros. El activista indígena fue asesinado en enero de 2017.

Quince días después del asesinato de Baldenegro sucedió el asesinato de otro defensor de la Sierra Tarahumara, el activista Juan Ontiveros, en Chihuahua. Los mayores riesgos vienen del crimen organizado y la falta de la protección por parte de las autoridades.

En el estado brasileño de Marañón, en otra disputa de tierras, unos campesinos atacaron un asentamiento indígena y cortaron las manos de sus víctimas a machetazos, este hecho sucedió en mayo de este año.

Sin embargo, uno de los casos con mayor recordación fue el asesinato de la activista indígena hondureña, Berta Cáceres, asesinada a disparos por sicarios tras movilizar al pueblo lenca contra un proyecto hidroeléctrico en Agua Zarca que le valió el premio Goldman en 2015.

La mayoría de estos casos aún siguen  en manos de la justicia sin resolución.

Alrededor del mundo, un atlas de conflictos medioambientales, apoyado por la Unión Europea y realizado por 23 universidades, identificó unos 2100 conflictos por el uso del agua y de las tierras, los desalojos forzosos y la explotación minera. A nivel mundial, los casos están aumentando en China, Bangladesh, Pakistán, Indonesia, y República Democrática del Congo, y, el país con mayor número de conflictos en el planeta, India.

En Latinoamérica, hasta el momento, Brasil es el país más afectado por los asesinatos de ambientalistas; nación que se adjudica un 25% de las muertes. Es la lucha por tierras en Mato Grosso do Sul entre indígenas guaraníes y granjeros unidos a la construcción de grandes hidroeléctricas en Pará uno de los conflictos más candentes.

A pesar de que no alberga más que la décima parte de la población mundial, América Latina continúa siendo la región más peligrosa para cualquiera que desee proteger los bosques, las montañas y los océanos; en ella se cometieron 60 de los asesinatos de ecologistas en todo el mundo.

 

Latin American Post | Carolina Montiel

Copy edited by Susana Cicchetto

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