ECONOMÍA

Claudia Goldin, Nobel de economía 2023: ¿Qué puede aprender América Latina?

La Real Academia de las Ciencias de Suecia anunció esta madrugada el Nobel de economía para la estadounidense Claudia Goldin, quien ha dedicado su vida a investigar el papel de la mujer en el trabajo ¿Qué puede aprender América Latina de sus investigaciones?.

Claudia Goldín

Foto: EFE/EPA/UNIVERSIDAD DE HARVARD

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Este año la Real Academia de las Ciencias de Suecia otorgará el Nobel de economía a la economista estadounidense Claudia Goldin. No solo es Goldin la tercera mujer en ganarlo sino que su contribución a esta disciplina consiste, sobre todo, en la comprensión del papel de la mujer en el trabajo y en el mercado laboral.

En palabras del comité del Nobel, Goldin es merecedora de este premio "por haber avanzado en nuestra comprensión de los resultados de las mujeres en el campo laboral". Y es que es justo en este tema en el que se concentran las investigaciones de Goldin: ¿cuál es el papel de la mujer en el trabajo?, ¿qué rol juega y cómo ha cambiado la vida laboral para las mujeres en la sociedad?

Claudia Goldin: pionera de los estudios económicos con enfoque de género

Lo anterior hace a Goldin una de las pioneras del enfoque de género en los estudios de la economía. El mercado laboral, lo sabemos, no es el mismo para los hombres que para las mujeres. No se mueve ni fluctúa de igual manera para ambos sexos. 

Aunque esto parezca una obviedad hoy en día, no siempre estuvo tan claro. Es gracias al trabajo de investigadoras como Claudia Goldin que hemos podido comprender más a fondo los problemas que enfrentan las mujeres y el papel verdadero que juegan en el campo laboral.

Los estudios económicos, pues, necesitan urgente un enfoque de género. Este enfoque es lo que podría responder de qué maneras las mujeres trabajan, aportan, se benefician y se ven afectadas por el trabajo a diferencia de los hombres.

Este campo incluye, por supuesto, el tema de la brecha salarial. Pero este tema es apenas un abrebocas, pues los estudios de Goldin no se detienen allí. Las diferencias entre hombres y mujeres en el trabajo no radica solo en los ingresos de cada uno ni en sus salarios. Las brechas entre los sexos las determinan muchos otros factores, que son a los que Goldin ha puesto atención también: los cambios tecnológicos, las dinámicas del hogar, las labores domésticas, los trabajos diarios no remunerados, los comportamientos económicos y los acontecimientos macroeconómicos como la pandemia del COVID-19.

¿Qué puede aprender Latinoamérica de la nueva Nobel de economía?

Como toda enfermedad de la que adolecemos, para atenderla, primero hay que obervarla. Así es que en el camino de la equidad para las mujeres, hay que avanzar en la comprensión de la desigualdad entre los sexos. Es por esto que la obra de Claudia Goldin es tan valiosa: ha ayudado a comprender no solo las inequidades sino también la importancia de la fuerza laboral de las mujeres.

La injusticia entre los sexos, por supuesto, no es un mal que solo padezca Estados Unidos, país del que es originaria Claudia Goldin. En América Latina la brecha salarial entre los sexos es también un tema urgente a atender. A esto se suma otros problemas propios de la región: la sobrecarga de los trabajos del hogar, la violencia doméstica no atendida por la dependencia económica de la mujer hacia el hombre, las dinámicas rurales, etc.

En Colombia, por ejemplo, una mujer dedica en promedio 7 horas y 44 minutos al día a trabajos no remunerados (que pueden llegar a 8 horas y media en zonas rurales), mientras que los hombres, apenas tres horas. Estas cifras demuestan que la brecha salarial no es el único factor causante de las inequidades entre mujeres y hombres.

Es así que investigaciones como las de Claudia Goldin pueden servir de espejo para entender las dinámicas sexistas de América Latina. Por supuesto, no podrán traducirse literalmente a nuestra región, puesto que la historia y el contexto económicos de Estados Unidos son distintos. Sin embargo, la academia latinoamericana y los nacientes ministerios de la mujer en los gobiernos de la región pueden tomar como ejemplo estas investigaciones para entender los problemas propios de cada país.

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Hace falta que los gobiernos presten atención a las investigaciones económicas y sociales con enfoque de género que ya se están llevando a cabo en las universidades. Y también hace falta que contemos con nuestras propias investigaciones, que no debamos adaptar las de afuera, sino aprender de ellas. Solo así, podremos comprender realmente y analizar soluciones para las problemáticas de género propias de la región.

Cabe también mencionar que la equidad no hace referencia a la igualdad estricta entre hombes y mujeres. Las múltiples publicaciones de Claudia Goldin así lo han demostrado. En estrevistas, la nueva Nobel de economía ha afirmado que el camino hacia la justicia entre los sexos debe comprender las complejidades económicas. Así es que algunas dinámicas o soluciones laborales, el trabajo híbrido, por ejemplo, pueden ser funcionales sobre todo para las mujeres más que para los hombres.

Así, comprendiendo las dinámicas violentas que históricamente se han practicado contra las mujeres en su completa complejidad, pueden los gobiernos ofrecer políticas públicas en favor de las mujeres, pues son necesarias leyes que reconozcan la potencia e importancia de la fuerza laboral femenina.

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