ECONOMÍA

Sector privado reduce pronóstico de crecimiento de México para 2024 a 2.36%

Los especialistas del sector privado han ajustado la predicción de crecimiento del PIB de México para 2024 a 2,36%, lo que marca una ligera disminución con respecto a estimaciones anteriores en medio de preocupaciones más amplias sobre la inflación y la gobernanza, lo que refleja desafíos económicos más amplios en toda América Latina.

Los analistas del sector privado han realizado recientemente un ajuste significativo en sus pronósticos económicos para México, lo que indica una perspectiva cautelosa para el crecimiento económico y las tendencias de inflación del país. Según la última encuesta mensual realizada por el Banco de México (Banxico) en marzo, la tasa de crecimiento proyectada para el Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2024 se ha revisado a 2.36%, una ligera pero notable disminución con respecto a una estimación anterior de 2.39. %. Además, la expectativa de crecimiento para 2025 también se ha reducido al 1,92% desde una previsión anterior del 1,94%. Estas revisiones se producen tras la cifra final de crecimiento del PIB para 2023 de 3,2%, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Proyecciones de inflación revisadas

Una visión matizada acompaña al ajuste de las previsiones del PIB sobre la inflación. Los analistas han mejorado las perspectivas de inflación para finales de 2024, reduciendo la estimación al 4,10% desde una proyección anterior del 4,14%. Esta revisión se produce tras una disminución de la tasa de inflación hasta el 4,4% en febrero, rompiendo una tendencia alcista de tres meses. Sin embargo, la previsión de inflación para 2025 se ha incrementado hasta el 3,73%, aún por encima de la meta del 3% de Banxico.

Los expertos identifican varios factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico de México en los próximos meses. Las cuestiones de gobernanza son consideradas el desafío más importante, citadas por el 58% de los encuestados, seguidas por las condiciones económicas internas (15%) y las condiciones externas (12%). Las preocupaciones específicas destacadas incluyen la inseguridad pública (22%), la corrupción (12%), la falta de estado de derecho (10%), la ausencia de cambios estructurales (9%) y la impunidad (8%).

En cuanto al tipo de cambio, los analistas pronostican que el peso mexicano cerrará en 2024 en 18.12 unidades por dólar estadounidense, una ligera mejora respecto de la estimación anterior de 18.33. Para 2025, la previsión se ha ajustado a 18,8 unidades por dólar, frente a las 18,99 del mes anterior.

Las expectativas del sector exterior también se han revisado: el déficit comercial previsto para 2024 se fija ahora en 15.394 millones de dólares, una disminución con respecto a la estimación anterior de 17.870 millones de dólares. Además, la previsión de Inversión Extranjera Directa (IED) en 2024 se ha rebajado hasta los 39.205 millones de dólares desde una cifra anterior de 40.094 millones de dólares.

Este panorama económico para México no es un caso aislado sino que refleja tendencias más amplias en América Latina. Los países de la región están enfrentando desafíos similares, como presiones inflacionarias, problemas de gobernabilidad y la necesidad de reformas económicas estructurales. Países como Argentina y Brasil también enfrentan importantes incertidumbres económicas, y la inflación y la gobernanza desempeñan papeles cruciales en la configuración de sus trayectorias económicas. Esta interconexión subraya la necesidad de un enfoque regional ante los desafíos económicos.

Navegando por las incertidumbres

La revisión a la baja de las proyecciones económicas de México no es sólo una nota de advertencia, sino un claro recordatorio de los riesgos e incertidumbres potenciales del panorama económico actual. Refleja preocupaciones sobre las condiciones económicas nacionales e internacionales y hace eco de un sentimiento que prevalece en toda América Latina. En este caso, la recuperación económica pospandemia sigue siendo frágil y sujeta a diversos riesgos, incluida la inestabilidad política, la incertidumbre política y la dinámica del mercado global. Esto subraya la necesidad de un enfoque proactivo y adaptable a la gestión económica en la región.

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Los últimos pronósticos económicos para México resaltan un optimismo cauteloso atenuado por desafíos notables. Los ajustes en las proyecciones de crecimiento del PIB y de inflación, junto con las preocupaciones sobre la gobernabilidad, la seguridad pública y la necesidad de reformas estructurales, subrayan el complejo panorama económico en el que operan México y sus pares latinoamericanos. Mientras estos países navegan por las incertidumbres, la atención se centrará en abordar las vulnerabilidades internas y al mismo tiempo adaptarse a las crisis externas para sostener el crecimiento económico y la estabilidad en la región.

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