AMÉRICAS

Bolivia confirma el primer caso de sarampión en siete años, lo que impulsa la vacunación

El regreso del sarampión a Bolivia después de siete años de ausencia tiene en alerta máxima a las autoridades sanitarias. El caso confirmado de la enfermedad altamente contagiosa en una niña de siete años pone de relieve la importancia de los programas de vacunación. Plantea preocupaciones sobre posibles brotes en una región con cobertura de vacunación fluctuante.

El anuncio por parte del Ministerio de Salud de Bolivia de un caso confirmado de sarampión marca un acontecimiento preocupante después de décadas de control exitoso de la enfermedad. La niña infectada, residente en Bermejo, localidad fronteriza con Argentina, había visitado recientemente El Alto, una importante ciudad cercana a la capital de La Paz. Las investigaciones en curso tienen como objetivo determinar si el caso se originó en Bolivia o fue importado de Argentina, que ha experimentado brotes recientes de sarampión.

La ministra María Reneé Castro subrayó la urgencia de actuar independientemente de la fuente. Suplicó a los padres que vacunen a sus hijos, especialmente a los menores de cinco años, ya que el sarampión sigue siendo uno de los virus más transmisibles. Una sola persona infectada tiene el potencial de infectar hasta el 90% de las personas no vacunadas que se encuentran en su proximidad.

El estatus de Bolivia libre de sarampión, mantenido desde 2020, ha sido un motivo de orgullo. La nación implementó una alerta epidemiológica en enero de este año en anticipación de una posible transmisión transfronteriza, y las autoridades ahora están intensificando las medidas de respuesta. Estas incluyen campañas de vacunación selectivas en Bermejo y El Alto y campañas de concientización pública.

Los peligros del sarampión

Aunque a menudo se lo considera una simple enfermedad infantil, el sarampión conlleva graves riesgos. Se transmite a través de gotitas respiratorias y provoca síntomas como fiebre, tos, secreción nasal y ojos rojos, seguidos de una erupción cutánea característica. Sin embargo, las complicaciones pueden ser devastadoras. La neumonía, una infección pulmonar potencialmente mortal, es común. La encefalitis, o inflamación del cerebro, puede provocar daño neurológico permanente. En casos graves, el sarampión puede incluso ser mortal, especialmente en niños pequeños y en aquellos con sistemas inmunitarios comprometidos.

A nivel mundial, a pesar de que existe una vacuna segura y eficaz, el sarampión sigue siendo una importante amenaza para la salud pública. Solo en 2021, se estima que 9 millones de personas resultaron infectadas, lo que provocó más de 120.000 muertes en todo el mundo.

El contexto latinoamericano

El resurgimiento del sarampión en Bolivia genera preocupación en el contexto latinoamericano más amplio. Si bien la región logró el notable hito de la eliminación del sarampión en 2016, en los últimos años se han observado descensos alarmantes en la cobertura de vacunación. La pandemia de COVID-19 alteró significativamente los programas de vacunación rutinarios, dejando a muchos niños vulnerables a enfermedades prevenibles.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la caída de las tasas de vacunación crea condiciones propicias para brotes de sarampión. Países vecinos como Venezuela y Brasil han experimentado un resurgimiento significativo de la enfermedad, lo que pone a naciones vecinas como Bolivia en mayor riesgo. Los continuos viajes y migraciones transfronterizos pueden facilitar fácilmente la propagación de enfermedades infecciosas entre regiones.

La respuesta proactiva de Bolivia, incluida la alerta epidemiológica temprana y la acción rápida tras la confirmación de un caso, demuestra el compromiso de proteger a su población. Sin embargo, esta situación pone de relieve la fragilidad de los avances logrados con tanto esfuerzo en el control de enfermedades y la importancia de mantener una alta cobertura de vacunación.

Erradicación del sarampión: un esfuerzo constante

Erradicar una enfermedad tan contagiosa como el sarampión requiere una acción sostenida y coordinada a nivel mundial. La vacuna contra el sarampión, que proporciona inmunidad de por vida después de dos dosis, ha demostrado ser una herramienta de salud pública invaluable. El objetivo de la eliminación regional fue un gran éxito para los países latinoamericanos, pero lograr y mantener este estatus exige una vigilancia continua.

Es fundamental abordar las brechas en la cobertura de vacunación, especialmente en las comunidades marginadas o de difícil acceso. Fortalecer la confianza del público en las vacunas y combatir las campañas de desinformación que alimentan las dudas son componentes vitales de una estrategia eficaz de control del sarampión. La cooperación transfronteriza, incluido el intercambio de información y los esfuerzos coordinados de vacunación, será fundamental para prevenir brotes regionales.

Lea también: La batalla de Bolivia contra los brotes estacionales de COVID-19 es un desafío que dura todo el año

El caso confirmado de sarampión en Bolivia es un claro recordatorio de que la lucha contra las enfermedades altamente infecciosas nunca termina realmente. El esfuerzo constante, el compromiso inquebrantable con la vacunación y la vigilancia proactiva son esenciales para proteger la salud de las poblaciones en toda América Latina y más allá.

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