Medio ambiente

La cruzada de conservación de los ajolotes en México

En un intento por rescatar a los icónicos ajolotes del borde de la extinción, ecologistas de la Universidad Nacional Autónoma de México han reactivado su campaña de recaudación de fondos conocida como "Adoptaxolotl". Esta extraordinaria iniciativa insta a las personas a adoptar virtualmente estas notables criaturas, cuya supervivencia pende de un hilo en su hábitat nativo .

Ajolote

Foto: Pixabay

The Latin American Post Staff

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Campaña para salvar al Ajolote

La campaña "Adoptaxolotl" atrae a personas de todos los ámbitos de la vida y solicita contribuciones tan pequeñas como 600 pesos, aproximadamente el equivalente a 35 dólares, para adoptar virtualmente uno de estos cautivadores "monstruos de agua". A cambio, los seguidores reciben actualizaciones en vivo sobre el bienestar de su ajolote adoptado. Alternativamente, los donantes pueden optar por ofrecer una cena virtual para una de estas maravillas acuáticas.

Sin embargo, la urgencia de este esfuerzo de conservación se vuelve dolorosamente clara cuando se consideran las asombrosas estadísticas. En el hábitat principal de los ajolotes, la densidad de población de los ajolotes mexicanos, científicamente conocidos como "ah-ho-LOH'-tulz", se ha desplomado en un catastrófico 99,5% en menos de dos décadas. Esta alarmante disminución subraya la necesidad crítica de tomar medidas inmediatas.

La campaña "Adoptaxolotl" del año pasado logró recaudar poco más de 450.000 pesos, equivalentes a 26.300 dólares. Estos fondos se canalizaron hacia un programa experimental de cría en cautiverio e iniciativas destinadas a restaurar el frágil ecosistema en los antiguos canales aztecas de Xochimilco, ubicado en la delegación sur de la Ciudad de México.

Desafíos y falta de recursos

Sin embargo, a pesar de estos encomiables esfuerzos, existe una flagrante escasez de recursos para una investigación integral. Alejandro Calzada, un ecólogo que dirige un equipo de nueve investigadores que estudian especies de ajolotes menos conocidas para la Secretaría de Medio Ambiente del gobierno, lamenta la falta de un monitoreo significativo en toda la Ciudad de México, y mucho menos en todo el país.

Curiosamente, a pesar del reciente aumento de popularidad, casi las 18 especies de ajolotes de México siguen en peligro crítico de extinción. Se enfrentan a amenazas como la creciente contaminación del agua, un hongo anfibio mortal y la presencia de truchas arco iris no autóctonas en su hábitat.

Los científicos que alguna vez solían encontrar un promedio de 6.000 ajolotes por kilómetro cuadrado en México ahora encuentran solo 36. Un estudio internacional realizado más recientemente ha pintado un panorama aún más sombrío, revelando que quedan menos de mil ajolotes mexicanos en estado salvaje.

Llamado urgente a la acción

Luis Zambrano González, científico de la Universidad Nacional Autónoma que encabeza la recaudación de fondos, expresó su determinación de iniciar un nuevo censo, el primero desde 2014, en marzo. Expresó su preocupación y afirmó: "Ya no hay tiempo para Xochimilco. La invasión de la contaminación es muy fuerte: canchas de fútbol, antros flotantes. Es muy triste".

Sin datos completos sobre el número y la distribución de las diferentes especies de ajolote en México, sigue siendo un desafío estimar el tiempo que les queda a estas criaturas y dónde asignar de manera efectiva los limitados recursos disponibles.

Alejandro Calzada enfatiza la urgencia de la situación y declara: "Lo que sé es que tenemos que trabajar urgentemente".

Los ajolotes como íconos culturales

Los ajolotes se han convertido en un ícono cultural en México, celebrado por su apariencia única, aunque algo viscosa, y su asombrosa capacidad para regenerar las extremidades perdidas. En laboratorios de todo el mundo, los científicos creen que este poder regenerativo podría ser la clave para avanzar en la reparación de tejidos e incluso en la recuperación del cáncer.

Tradicionalmente, los programas gubernamentales de conservación se han concentrado en el ajolote mexicano, que se encuentra principalmente en Xochimilco. Sin embargo, diversas especies de ajolote habitan en diferentes regiones del país, desde pequeños arroyos en el valle de México hasta los paisajes áridos del desierto norte de Sonora.

La rápida urbanización de la Ciudad de México ha afectado negativamente la calidad del agua de los canales, mientras que la presencia de truchas arco iris que escapan de las piscifactorías en lagos cercanos representa una amenaza para los ajolotes al desplazarlos y consumir su alimento.

El equipo de Calzada también se ha encontrado con un número cada vez mayor de ajolotes que sucumben al hongo quitridio, una enfermedad devastadora que se alimenta de la piel y es responsable de la mortandad de anfibios que se extiende desde Europa hasta Australia.

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Desafíos de financiación y recortes gubernamentales

Para agravar los desafíos, los académicos dependen en gran medida de donaciones y el equipo de Calzada a menudo depende de un cuerpo dedicado de voluntarios. En un acontecimiento desalentador, el gobierno mexicano aprobó recientemente un recorte de fondos del 11% para su departamento de medio ambiente. En el transcurso del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, el departamento habrá recibido un 35% menos de financiamiento que su predecesor, como lo revela un análisis del presupuesto de México para 2024.

El futuro de estas notables criaturas está en juego, y mientras la campaña "Adoptaxolotl" cobra impulso una vez más, el mundo observa, con la esperanza de que los esfuerzos colectivos puedan asegurar la supervivencia de los ajolotes y preservar su lugar único en el patrimonio natural de México.

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